La vida se lee a pedazos, a inolvidables fragmentos rotos,
a grandes, eternas fracciones, fieles,
a frugales instantes de profundas risas.
La vida se lee a buchitos, a sorbos,
a mágicos momentos solitarios.
A veces a tragos amargos de desesperanza, otras,
a trozos indivisibles de ternura.
A breves, a cortos, e inimitables segundos,
dispares unos de otros como peldaños
de un andén de una antigua estación de tren.
dispares unos de otros como peldaños
de un andén de una antigua estación de tren.
La vida se vive, se lee y se aprende,
a veces bonito de intenso,
y a veces tierno poquito a poco.
a veces bonito de intenso,
y a veces tierno poquito a poco.